Introducción
Cada persona aprende de forma diferente. Algunos comprenden mejor al escuchar, otros al hacer, y otros al ver imágenes o mapas conceptuales. Estas diferencias no son fallas ni virtudes, son parte de nuestra diversidad cognitiva. Conocer cómo aprendes tú es una herramienta poderosa para estudiar mejor, enseñar con más impacto o simplemente disfrutar más del proceso de aprendizaje.
Esta lección te invita a descubrir tu estilo de aprendizaje predominante, pero también a desafiarlo. No se trata de encasillarte, sino de hacer visible lo invisible: tus preferencias, tus fortalezas y tus posibles áreas de desarrollo. Reflexionar sobre esto te permitirá diseñar estrategias más efectivas y personalizadas.
Aquí aprenderás a identificar distintos modelos de estilos de aprendizaje, a reconocer cómo se manifiestan en tu día a día y a explorar nuevas formas de aprender que complementen tus hábitos actuales. Porque aprender a aprender también es aprender a conocerse.
Desarrollo del tema
¿Existen diferentes estilos de aprendizaje?
Sí, y esta es una idea poderosa. A lo largo de los años, diversos investigadores han propuesto modelos para describir cómo las personas tienden a procesar y adquirir nueva información. Uno de los más conocidos es el modelo VARK de Fleming y Mills (1992), que clasifica los estilos de aprendizaje en cuatro grandes categorías:
- Visual: prefieres aprender mediante imágenes, diagramas, mapas, colores.
- Auditivo: aprendes mejor escuchando explicaciones, participando en discusiones o grabando tus clases.
- Lectura/Escritura: prefieres leer y escribir para entender los conceptos.
- Kinestésico: tu aprendizaje mejora cuando involucras el cuerpo, haces cosas, tocas, experimentas.
Es importante destacar que nadie es puramente de un estilo. Todos usamos una combinación de estos modos, pero solemos tener uno o dos predominantes. Saber cuáles son te permite adaptar cómo estudias, cómo enseñas o cómo resuelves problemas.
Figura 6
Estilos de aprendizaje según el modelo VARK

Reflexiona: ¿te reconoces en alguno de estos estilos? ¿Has notado que ciertas formas de aprender te resultan más fáciles o placenteras?
Más allá de las etiquetas: fortalezas y flexibilidad
El objetivo de identificar tu estilo de aprendizaje no es limitarte, sino ampliar tu consciencia. Un error común es pensar: “Yo soy visual, así que no puedo aprender si no hay imágenes”. En realidad, todos podemos aprender de múltiples maneras. El estilo preferente es solo eso: una preferencia, no una frontera.
Por eso, los expertos en didáctica recomiendan desarrollar una flexibilidad cognitiva: entrenarte para aprender también a través de modos menos cómodos, porque eso amplía tu capacidad de adaptación. Por ejemplo, un estudiante kinestésico que aprende a tomar buenos apuntes también se beneficia enormemente.
El aprendizaje profundo ocurre cuando podemos integrar varios modos de entrada de información. Combinar escuchar una explicación, leer un texto, hacer un mapa conceptual y resolver un ejercicio práctico activa múltiples redes neuronales y fortalece la retención.
Figura 7
Amplia tu consciencia con varios estilos de aprendizaje

El modelo de Kolb: una visión experiencial del aprendizaje
Otro enfoque muy influyente es el Modelo de Estilos de Aprendizaje de David Kolb (1984), basado en cómo las personas experimentan, procesan y reflexionan sobre el conocimiento. Según Kolb, el aprendizaje efectivo ocurre cuando pasamos por un ciclo de cuatro etapas:
- Experiencia concreta: tener una vivencia directa o práctica.
- Observación reflexiva: reflexionar sobre esa experiencia.
- Conceptualización abstracta: relacionar la experiencia con teorías, conceptos o modelos.
- Experimentación activa: probar nuevas ideas en situaciones reales.
Kolb identifica cuatro estilos derivados de cómo cada persona combina esas fases:
Figura 8
Estilos de aprendizaje de Kolb

Este modelo no solo sirve para describir estilos, sino para reflexionar: ¿Dónde me siento más cómodo en el ciclo de aprendizaje? ¿Qué fases tiendo a evitar? Desarrollar todas las etapas fortalece nuestra competencia como aprendices.
¿Cómo descubro mi estilo de aprendizaje?
Hay múltiples maneras de explorarlo. Una opción es responder cuestionarios como el VARK o los inventarios de Kolb, que puedes encontrar gratuitamente en línea. Pero también puedes hacerlo de forma más reflexiva, respondiendo preguntas como:
- ¿Qué me resulta más fácil: recordar lo que escucho, lo que veo o lo que hago?
- ¿Cómo estudio cuando estoy solo? ¿Subrayo, leo en voz alta, hago esquemas, repito en voz baja, uso tarjetas, hago dibujos?
- ¿Qué técnicas me han funcionado mejor para aprender algo complejo?
Además, observar cómo aprendes fuera del aula también es revelador. ¿Aprendes a usar una nueva app viendo tutoriales o explorando por tu cuenta? ¿Te ayuda más una lista paso a paso o prefieres “ensuciarte las manos”?
¿Qué hago con esta información?
Conocer tus estilos y preferencias de aprendizaje no es un fin en sí mismo, sino un punto de partida para actuar con conciencia. Aquí te damos algunas ideas para aplicar este conocimiento:
Figura 9
Sugerencias para tu estilo de aprendizaje

Y si combinas varios, mejor aún. Lo más importante es que te conviertas en un aprendiz intencional: alguien que decide cómo, cuándo y por qué aprender de cierta forma.Planteamiento reflexivo: ¿qué podrías cambiar esta semana en tu forma de estudiar o enseñar para que se ajuste mejor a tus preferencias? ¿Qué estilo contrario al tuyo te gustaría explorar para ampliar tus recursos?
Cuidado con los mitos
Aunque los estilos de aprendizaje son útiles, también han sido malinterpretados. Algunos estudios recientes (Pashler et al., 2008) advierten que no hay suficiente evidencia para afirmar que enseñar solo con base en el estilo preferido mejora el rendimiento académico. Por eso, lo más recomendable es usar los estilos como una guía flexible, no como una etiqueta rígida.
La clave está en combinar estrategias, promover variedad y, sobre todo, mantener el aprendizaje como un proceso activo, reflexivo y significativo.
Actividad 2
Conclusiones
En esta lección aprendiste que no todos aprendemos igual, y que reconocer tus preferencias puede marcar una gran diferencia en tu eficacia como aprendiz. Descubriste los modelos de VARK y Kolb, y reflexionaste sobre tu propio estilo.
Además, viste que tener conciencia de cómo aprendes te permite actuar con mayor autonomía. No se trata de encasillarte, sino de desarrollar una mentalidad estratégica, flexible y curiosa. El objetivo es usar esta información para tomar decisiones más inteligentes sobre cómo y qué aprender.
Recordemos que el mejor estilo de aprendizaje no es uno específico, sino aquel que te permite aprender de manera significativa y sostenible. Y ese, solo tú puedes diseñarlo.